Coraje y crecimiento: todo lo que aprendí en mi primer año como consultor
21.05.2025 | Por Liam Zaccheo, Miebach
Ingresé a Miebach hace poco menos de un año, recién graduado de la Universidad de Indiana con un título en Gestión de la Cadena de Suministro y Consultoría Económica. Con un diploma que se veía muy bien en el papel y pasantías que creía que allanarían el camino para una transición fluida al mundo laboral, aún no estaba del todo seguro de lo que me esperaba. Lo que he aprendido desde entonces es que la verdadera preparación no proviene únicamente de los cursos, sino de las personas que te rodean y de la cultura de la organización en la que estás.
Mi mayor sorpresa: cada día es un proyecto final
La universidad me dio la base técnica: qué implica obtener resultados, cómo construir modelos, cómo estructurar un informe; pero no me preparó para las prioridades cambiantes de los clientes, para equilibrar una agenda de viajes exigente o para trabajar con distintas empresas y personalidades. La consultoría es un entorno de ritmo acelerado y altamente competitivo, pero también viene acompañado de algo muy valioso: una red de colegas que se apoyan entre sí, construyendo confianza y amistades que van mucho más allá de la oficina.
En Miebach, dos valores fundamentales: Coraje e Innovación
Como exatleta universitario, creía tener dominado el concepto de coraje (grit). Pero unirme a Miebach le dio un nuevo significado a esa palabra. Ya no se trata de esforzarse o trabajar más que otros en el campo de entrenamiento. Aquí, el coraje significa ser la persona que más trabaja en la sala y utilizar ese esfuerzo como base para el pensamiento innovador y el liderazgo intelectual. He tenido la suerte de trabajar con un equipo que vive esta mentalidad todos los días.
El momento en que todo hizo clic
Fue en un vuelo de regreso tras finalizar un proyecto. Estaba sentado junto a un hombre mayor y terminé explicándole a qué me dedico. Mientras hablaba, podía oír la emoción en mi propia voz. Conceptos que antes me costaba comprender fluían con naturalidad. Esa conversación me hizo dar cuenta de cuánto había avanzado: de aprender a liderar, de hacer preguntas a brindar ideas.
La experiencia de "drinking from the firehose"
Miebach me brindó una oportunidad que pocas empresas ofrecen al inicio de tu carrera. Aquí lo llamamos drinking from the firehose. Desde el primer día, te asignan proyectos reales, te desafían a entregar resultados de alto nivel y te animan a fallar rápido y crecer aún más rápido. Sin este enfoque de aprendizaje intensivo, no creo que tendría hoy la confianza para hablar con claridad sobre la naturaleza compleja y cambiante de nuestro trabajo.
Un año de crecimiento
El primer año estuvo lleno de noches largas, sesiones de tormenta de ideas alimentadas por cafeína y muchos momentos de aprendizaje. Pero más que eso, ha sido un año de crecimiento. Estoy orgulloso de ser parte de una empresa que aporta valor en una cadena de suministro en constante evolución, y aún más orgulloso de contribuir a una cultura que te impulsa a dar lo mejor de ti cada día.
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